martes, 6 de octubre de 2009

Siesta

No estoy segura. ¿Estoy despierta o estoy dormida? Son extrañas, estas horas del día, en las que el tiempo parece suspenderse entre las decisiones tomadas y las que quedan por asumir. En España las llamamos, a estas horas, siesta. Y contrariamente a lo que piensan los extranjeros envidiosos, no se trata de un tiempo para dormir. Son, simplemente, minutos que no existen, segundos que no marcan los relojes. El momento de la no-reflexión. El instante de la música de piano y los cigarrillos a oscuras.

domingo, 4 de octubre de 2009

viernes, 2 de octubre de 2009

Los ultimos que los vieron vivos

" Además, esta es una región desolada. Y aquí, en las hondonadas pantanosas en que florecen tigridias del tamaño de la cabeza de un hombre, hay luminosos troncos verdes que brillan bajo las oscuras aguas cenagosas como cadáveres de hombres ahogados. A menudo el único movimiento que se distingue en el paisaje es el humo invernal que sale enroscándose de la chimenea de alguna granja de aspecto tétrico, o un pájaro de alas rígidas, silencioso y con ojos como flechas, volando en círculo por sobre los desiertos pinares. "


Soy alcoholico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio. No lo digo yo (aunque cumplo tres de los cuatro requisitos), esta célebre frase fue escrita por Truman Capote en su novela "Música para camaleones". Nacido bajo el signo de Libra en 1924, Truman pasó a la posteridad gracias a su célebre novela non-fiction "A sangre fría". En ella relata los hechos acontecidos alrededor del asesinato de la familia Clutter a manos de Dick Hickock y Perry Smith.

Mi interés por dicha novela se vio acrecentado tras ver la película Historia de un Crimen, dirigida por Douglas McGrath y que narra la historia de la concepción y creación de la novela, así como del crimen de los Clutter. En ella, se explica principalmente -y con mucha maestría- la relación de Capote con ambos asesinos, especialmente con Smith. La película comienza presentandonos a un Capote frívolo y despreocupado, tan solo interesado en si mismo, sus novelas, y los chismorreos de la alta sociedad neoyorkina, con quienes se relaciona. Cierto día, una noticia aparecida en The New York Times -periodico para el cual escribe- le despierta una extraña curiosidad. Se trata, por supuesto, del asesinato de la mencionada familia. Convence a su mejor amiga, Harper Lee (autora de "Matar a un ruiseñor") para que le acompañe en sus pesquisas a Holcomb, Kansas, lugar del crimen. Allí irá introduciendose, poco a poco, en la tranquila vida y rutinas de los lugareños, a través de los cuales comienza a perfilar lo que será su novela más importante.

Y entonces llegan ellos: Hickock y Smith. Valiéndose de sus contactos y de su magnética personalidad, consigue ganarse a ambos y convencerles de que colaboren con él para su libro, mientras esperan la sentencia del tribunal. Así, vamos conociendo la extraña relación y empatía que le unió a Perry Smith, asesino sensible que se consideraba a si mismo un "artista", y que termina por descubrir su lugar en el mundo gracias a su "Amigo Truman". Obviamente, esta "relación" cambia radicalmente la vida de Capote, que narrado desde el punto de vista de sus amigos, nunca volvería a ser el mismo.




Después del visionado de la película (como ya he dicho, bien hecha y con gusto), se me metieron en el cuerpo las ganas de leer la novela. No defrauda, desde luego. Escrito con una estructura que intercala los episodios de los asesinos y los de la familia Clutter, hasta que sus caminos se cruzan, y posteriormente, las investigaciones policiales intercaladas con la huida de Hickock y Smith hasta su captura, para terminar con la temporada de ambos en "El Rincon" (corredor de la muerte). Capote, alcohólico, drogadicto, homosexual y genio, no se equivocaba en absoluto con la autodefinición que acuñó en su novela. Si hay alguien que sabe escribir y que consigue que las palabras fluyan hasta hacerte desear no terminar nunca de leer sus novelas, ese es Truman.

A partir de ahora, yo tampoco volveré a ser la misma.

jueves, 1 de octubre de 2009

El Curioso Caso de Brad Pitt


Horror. Brad Pitt algun día se hará viejo y será feo. Y si no os lo creeis, ahí está el maravilloso mundo del cine para demostrar que os equivocais.



No recuerdo quien fue, pero alguien dijo: “El hombre debería nacer viejo, y morir joven”.Esta reflexión ya la hizo, casi un siglo antes, Scott F. Fitgerald, escritor y bebedor a partes iguales, que allá por el año 1921 escribió un relato titulado “El curioso caso de Benjamin Button”. En dicha historia, el tal Benji nace pansido y arrugado cual perro Shar-pei. Tiene aproximadamente 80 años, y sin embargo, acaba de nacer. Un punto de partida como minimo interesante para adaptar una historia al cine.

El proyecto en cuestión comenzó en los años 80, y fue pasando de mano en mano (entre ellas las de Steven Spielberg y Spike Jonze), para acabar -afortunadamente- en el regazo de David Fincher, un genio del arte visual. No quiero ni imaginarme como habría sido la película de haber sido realizada por Spielberg, y con esto me refiero al actual Spielberg, el vejete ese con gorra, autor de un bodrio infumable titulado “Indiana Jones 4 y no se que mas”. Desde que Steven descubrió el sexo anal con George Lucas, nada ha vuelto a ser igual. Pero el mundo en algunas ocasiones, se muestra justo, y el creador de “El Club de la Lucha” tomó las riendas del proyecto y se hizo con un elenco de actores solventes y en estado de gracia.

Y a partir de aquí la historia comienza. Con un esquema clásico, sin artificios ni golpes de efecto. Benjamin es abandonado al nacer en un geriátrico, donde se cría rodeado de ancianos, y por tanto, aprende a familiarizarse con la muerte como lo que es: algo natural. Tiene un rostro de anciano y la edad de un niño, que de algun modo, viene a ser exactamente lo que sería la vejez. Y aunque nadie le explica las cosas básicas que se les dice a los niños, o a los adolescentes, aprende todo del mismo modo que los que vamos en la dirección opuesta a la suya. Su primera experiencia sexual sucede en un burdel (como la de muchos de los que leeis esto, seguramente xD). Tiene su primer trabajo a la edad real de 17 años -aunque su edad física ronda los 63-. Se enrola en un barco y en uno de sus viajes, vive su primer beso en “un hotel pequeño pero de nombre grandioso: El Palacio de Invierno”. Como todos los que vamos camino de arrugarnos, Benjamin se enamora aunque, en su caso, al tiempo que su edad desciende. Le hieren. También el hiere alguna vez. Todo en su vida sucede del mismo modo que sucedería si hubiera nacido de forma común. La tragedia se palpa en la frase que le dice uno de los personajes, un pigmeo llamado señor xx: “Como todos los que somos diferentes, debes saber que pasarás mucho tiempo solo”. Asi, la película, se revela como una reflexión sobre la soledad y la diferencia, también sobre la muerte y el amor, aunque, por supuesto, cada uno es libre de hacer su propia interpretación. Pero en definitiva, la vida de Benjamin, aunque diferente e inversa, no deja de ser como cualquier otra vida, comienza, prosigue, finaliza. Lo mejor de todo, es lo que sucede en el medio.