martes, 22 de diciembre de 2009

Papa Noel ha muerto, Viva Papa Noel!!

Oh, la Navidad!
Esa época redentora, como si de la confesión cristiana se tratase, en la que todos nuestros pecados quedan perdonados. No importa si hemos sido malos durante el año, si hemos extorsionado, o bien si hemos desfalcado, o si por casualidad hemos mentido. En Navidad, todos debemos ser felices, pecados aparte. En Navidad, incluso las instituciones se acuerdan de esos pobres negritos que pasan hambre en África, promoviendo campañas de solidaridad indiscriminada y necesaria que emiten en televisión. Nos bombardean y no tenemos chaleco antibalas.

La Navidad, como todo, no es más que una construcción social de la realidad. En Antropologia no nos dejan utilizar el término tradición, bajo peligro de muerte. Si utilizamos esa palabra en clase, nos golpean con un látigo. Las supuestas tradiciones, son por descontado, puras invenciones de un grupo de gente a la que le beneficia promover segun que intereses. Cuando alguien os diga "es que es la tradición", desconfiad. Se trata de alguien que se niega a ver la realidad. Y si os dicen "es que es algo de toda la vida", id a google y consultad cuando comenzó esa supuesta tradición. Seguramente os sorprendereis.

Para comenzar, la Navidad no tiene su origen en el cristianismo puro, sino en el paganismo de Babilonia aproximadamente 2.600 años antes de Cristo. Esta festividad iba acompañada de orgías, desenfrenos y una gran inclinación hacia el valor de la amistad, lo cual se demostraba con intercambio de regalos y presentes para aquella fecha. También surgió la costumbre de adornar las puertas de cada casa, con coronas de flores y hojas verdes y por cierto la práctica de adornar un árbol con frutas y decorativos alusivos al dios sol.Todo esto fue introducido deliberadamente al cristianismo, allá por el año 325 d.C, y pasó a ser la fecha oficial del nacimiento de Jesucristo. Otros datos significativos, sería por ejemplo que la herencia del manido árbol de navidad proviene de la celebración germánica de Yule.

Por tanto, no es más que un proceso de enculturación que se transmite de generación en generación de manera endémica. Por otro lado, la costumbre de hacer regalos en Navidad es antigua, si, pero el hecho de que algo sea viejo no debería legitimar ninguna práctica actual. Es decir, que no estamos en tiempos de los Babilonios, y un gran número de personas que celebran estas fechas no tienen ninguna preferencia religiosa, y en caso de tenerla, a título individual, poco tiene que ver la celebración del solsticio de invierno con la fe de cada uno. No siempre es así, por supuesto.



Por ello, no es de extrañar que seamos tantos los que odiamos dicha celebración. Todos estamos condicionados, si, ya sea por la propia cultura o por procesos de aculturacion como al que nos someten nuestros vecinos del otro lado del Atlántico constantemente (os daré una pista, esos vecinos, ahora tienen un presidente negro. Perdón, afroamericano). Pero la resistencia a la Navidad me parece una fantástica manera de desencorsetarse de las costumbres adquiridas y tratar de salir de esa condición permanente a las construcciones sociales con las que nos hemos encontrado desde que nacimos.

Otro día os haré un compendio de la cantidad de aberraciones que se cometen a lo largo y ancho del mundo, en nombre de esa fantástica palabra: tradición.

Muerte a Papá Noel!!

2 comentarios:

  1. La verdad, y hablando de tradiciones, o construcciones sociales de la realidad, como prefieras, que hubiera preferido que se mantuviese la festividad pagana: orgías, desenfrenos y exaltación de la amistad; suena mucho más interesante que esta ñoñería insulsa de la Navidad, convertida en nuestra época en apología directa del consumo.

    Y en cuanto a la aculturación, o enculturación ejercida por el Imperio, te has dejado en el tintero la figura de ese gordo come renos al que llaman Papá Noel.

    Todas las festividades impuestas por el cristianismo tienen que ver con ritos paganos más antiguos que el mismísimo Jesucristo, que si levantara la cabeza, el pobre, le volverían a crucificar en vivo y en directo en algún reality.

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  2. Lo cierto es que todos los rituales tienen su origen en el mismo momento en el que el ser humano cobra conciencia de sí mismo y trata de averiguar y explicar el mundo que habita y lo que sucede a su alrededor. Dar respuestas a incógnitas como la muerte, la maternidad, la enfermedad, la repetición cíclica de la naturaleza, la sexualidad, el deseo... son aspectos de nuestra propia humanidad, de lo que algunos llaman nuestra dimensión simbólica, una capacidad que es inherente a nuestra persona, a nuestra conciencia, y que es previa a la construcción del ritual, que ya es una construcción social, aceptada y compartida, sobre estas respuestas y que no deja de ser una medida de control social y de identidad. Es un tema muy interesante, daría para muchas conversaciones encendidas.

    Llegué a este blog vía fotolog (el mío es tom__joad) y tengo que decirle que me ha gustado bastante.

    Un saludo

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