miércoles, 2 de diciembre de 2009

Todos quieren a Woody

En cierta ocasión, Jack Stanton, personaje demente y luminoso salido de mi pluma, dijo: "Nunca,amigo,nunca pierdas de vista la derrota". Stanton, idealista peligroso, sin duda habría crecido, en un mundo literario paralelo, escuchando a Woody Guthrie.

Probablemente, Stanton se habría juntado, en ese otro mundo, con tipos de reputación dudosa, como Dylan, el antiguo Springsteen (el grande, el que creó esa maravilla titulada "The Ghost of Tom Joad"), Joe Strummer; y también con vagabundos de profesión, como Jack.
Kerouac, of course.

No sabemos, sin embargo, que opinaría Woody acerca de todo esto. Condenado a caminar a causa del Dust Bowl, pasó largas temporadas famélico y arruinado en California. Esta experiencia le convirtió en un icono, posiblemente involuntario, de la clase trabajadora. Quizás Woody nunca quiso ser un perdedor, quizás el hubiera preferido el éxito de los ignorantes. Pero a veces, lo que un hombre nunca pudo ser, se convierte en el factor determinante para devenir en lo que ese mismo hombre termina siendo. El gran Woody Guthrie.
De pobre a rojo, hay tan solo un paso, o quizás medio. Guthrie, que nunca militó en el partido comunista, si que hizo aportaciones musicales a la causa, y no solo musicales: "This machine kills fascists" impreso en su guitarra debió de convertirse en un lema, y si no lo fue, dejénme seguir pensando que las gentes entonaban esa sencilla frase con frecuencia.

Podría extenderme en el espacio en blanco de este texto, pero teniendo canciones como esta, toda mi retórica está de mas:


Curiosamente, en el imaginario popular, el nombre que quedó como estandarte de la protesta y la música folk, lleva cinco letras: Dylan, su principal discípulo y admirador. Supongo que Guthrie es demasiado difícil de pronunciar.

1 comentario:

  1. Benditos sean los perdedores porque ellos heredarán la tierra. Jesucristo dixit.

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